Es tu turno: Comienza con valentía

En este mensaje, exploramos el momento de transición de Josué al liderazgo tras la muerte de Moisés, reflejando la experiencia de Carlos, quien tomó las riendas de la empresa familiar después del fallecimiento de su padre.

Carlos, al igual que Josué, se enfrentó al miedo y la duda al asumir un liderazgo inesperado. La historia de Josué en Josué 1:1-9 nos muestra cómo Dios le dio la orden de avanzar hacia la Tierra Prometida, asegurándole Su presencia y apoyo.

1. Moisés ya no está: Es tu responsabilidad - Dios le dice a Josué que es su turno de liderar, recordándonos que hay momentos en nuestras vidas donde debemos asumir el liderazgo sin depender de quienes nos precedieron.

2. El problema: Sentirse incapaz - Muchos de nosotros, al igual que Josué, Moisés, Gedeón, Jeremías y Pedro, se han sentido insuficientes para el llamado de Dios. Sin embargo, Dios nos elige no por nuestra capacidad, sino por nuestra disponibilidad.

3. Dios no necesita capacidad, necesita disponibilidad - El éxito no depende de nuestras habilidades sino de nuestra confianza en Dios. Él estuvo con Moisés y prometió estar con Josué, y así estará con nosotros.

4. Josué: Bajo autoridad, paciente y de fe

- Bajo autoridad: Josué aprendió bajo Moisés, lo que lo preparó para liderar.

- Paciente: Esperó su momento, mostrando que la paciencia es parte del proceso de preparación.

- Fe: No se dejó paralizar por el miedo, avanzando con la confianza en Dios.

5. Toma la responsabilidad: Es tu turno - Ahora es el momento de actuar, de ser valientes y de confiar en que Dios nos ha preparado para este instante.

Como Josué, estamos llamados a no temer ni desmayar, sabiendo que Dios nos acompaña en cada paso. Hoy es el día para asumir nuestras responsabilidades con valentía, confiando en que Dios nos ha equipado para ello.

- Reflexiona en qué área de tu vida necesitas valentía.

- Considera si has estado esperando demasiado y si es tiempo de actuar.

- Confía, obedece y avanza con fe.

Al igual que Josué, que meditaba en la Ley día y noche, nuestra ofrenda a Dios no solo es material sino también de tiempo, obediencia y fe. Cuando damos de nosotros mismos, estamos preparando nuestro corazón para recibir y cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas.