Resplandece: Brilla para otros!

La luz es esencial en medio de la oscuridad. En un mundo cada vez más lleno de tinieblas, los hijos de Dios estamos llamados a reflejar la luz de Cristo. Filipenses 2:12-16 nos guía para ser verdaderos luminares que transforman su entorno.

1. Ocúpate en tu salvación

Nuestra relación con Dios debe ser activa y consciente. La salvación es personal, y el apóstol Pablo nos invita a evaluarnos continuamente (Lamentaciones 3:40). Al trabajar en nuestra vida espiritual, reflejamos una transformación auténtica.

2. Haz todo sin murmuraciones ni contiendas

Vivir en paz y evitar divisiones nos distingue como hijos de Dios. Alguien que no murmura llama la atención, abriendo oportunidades para compartir el evangelio.

3. Aférrate a la Palabra

La Biblia es nuestra guía viva y eficaz (Hebreos 4:12). Meditar en ella nos equipa para ser luz en un mundo oscuro, manteniendo nuestra lámpara encendida.

La parábola de las diez vírgenes nos enseña sobre la preparación espiritual. Las prudentes, que llevaron aceite extra, simbolizan a quienes mantienen una relación constante con Dios. El aceite representa la fe, las buenas obras y la presencia del Espíritu Santo, elementos esenciales para estar listos para el regreso de Cristo.

Seamos luz reflejando a Cristo en nuestras acciones y decisiones diarias. Al terminar este año, comprometámonos a resplandecer en nuestros hogares, familias y comunidades, llevando esperanza a un mundo necesitado.

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mateo 5:14).