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Serie Espíritu Santo (La Promesa que Transforma)

Updated: Jun 11

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Dios siempre ha tenido un plan de redención para su pueblo. Desde que liberó a Israel de Egipto con la promesa de una tierra bendecida, hasta el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés, su propósito ha sido transformar vidas. Pero hay un hilo que une estas historias: la fidelidad de Dios frente a nuestra impaciencia, y su deseo de escribir su ley no en piedra, sino en nuestros corazones. 


La Promesa en el Desierto Éxodo y el Monte Sinaí 



Cuando Dios sacó a Israel de Egipto, les hizo una promesa: “Los llevaré a una tierra buena… y serán mi pueblo especial” (Éxodo 19:5-6). Sin embargo, el camino no fue fácil. 



El pueblo era “duro de cerviz” (terco), y en lugar de confiar, se quejaron, adoraron ídolos y desobedecieron. 


Dios les dio los Diez Mandamientos, no para oprimirlos, sino para guiarlos hacia una vida santa. 


Moisés subió al Monte Sinaí (¡un viaje de 8 horas!) mientras el pueblo abajo se impacientaba y caía en pecado.  


¿Cuántas veces nos impacientamos con Dios y buscamos soluciones rápidas en lugar de esperar en su tiempo?  


La Promesa Renovada Joel y el Espíritu Santo 



Dios no se quedó en el Antiguo Pacto. A través del profeta Joel, anunció algo mayor


“Derramaré mi Espíritu sobre toda carne… vuestros hijos y hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños” (Joel 2:28). 



Esta promesa se cumplió en Hechos 2, cuando el Espíritu Santo descendió como lenguas de fuego sobre los creyentes. 



De 500 discípulos, solo 120 esperaron y recibieron el poder de Dios. 


El Espíritu ya no era una ley externa, sino una presencia interna, transformando corazones.  


¿Estamos dispuestos a esperar en Dios, aunque otros se den por vencidos? 


La Transformación Interna Del Corazón de Piedra al Corazón de Carne 



En Ezequiel 36:26-27, Dios promete: 


“Os daré un corazón nuevo… pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis en mis estatutos.” 


Antes: La ley exigía esfuerzo humano (y generaba culpa). 

Ahora: El Espíritu nos da deseo y poder para obedecer (Filipenses 2:13). 


¿Cómo Recibir esta Promesa Hoy? 



1. Espera en Dios (Hechos 1:4). Los 120 recibieron porque perseveraron. 


2. Deja que el Espíritu te transforme desde adentro, no por reglas religiosas, sino por relación con Cristo. 


3. Confía en que Dios cumplirá su palabra, aunque no veas cómo. 



Haz esta oración


Señor, quita mi corazón de piedra y dame uno sensible a tu Espíritu. Ayúdame a esperar en tus promesas, sabiendo que cambiarán mi vida para siempre.


Mira el video en mi canal de YouTube https://youtu.be/xyQuBxBJPeI?feature=shared

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