Serie Mas Fe ( Fe No solo para creer, sino para avanzar)

En medio de todo lo que enfrentamos en la vida, no solo necesitamos fe para creer en Dios (que es fundamental), sino que también necesitamos fe para vivir. Fe para levantarnos cada mañana. Fe para seguir caminando incluso cuando no vemos nada claro al frente.

¿Qué es la fe?

Hebreos 11:1 lo dice con claridad

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

La fe es una certeza interior. Una convicción profunda de que, aunque no lo veamos, Dios ya lo está haciendo. Me gusta compararla con una mujer embarazada. Durante los primeros meses, aunque no hay barriga visible, ella sabe que algo está creciendo dentro de ella. Esa certeza es fe.

Todos tenemos una medida de fe

Romanos 12:3 nos enseña que a cada uno de nosotros Dios nos dio una medida de fe. Es decir, ya hay fe en ti. No tienes que pedirla desde cero. Solo tienes que activarla, alimentarla y caminar con ella.

Pero hay un tipo de fe que muchas veces olvidamos la fe para el día a día.

Fe para creer… y fe para vivir

Juan 11 nos cuenta la historia de Lázaro. Jesús llega cuatro días después de su muerte. Marta, dolida, le reclama: “Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Jesús le responde algo que todavía nos reta hoy:

“¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40)

Creer que Jesús puede resucitar muertos o caminar sobre el agua es fe para milagros. ¡Y claro que creemos en esa fe! Pero la pregunta es ¿tenemos la misma fe para levantarnos cada día? ¿Para enfrentar el estrés, el cansancio, la soledad, la falta?

Vivir por fe es levantarte con propósito, aunque no todo esté resuelto.

Vivir por fe es creer que si estás aquí hoy, es porque Dios no ha terminado contigo.

No mires atrás la historia de la esposa de Lot

En Génesis 19 vemos cómo Dios salva a Lot y su familia de la destrucción de Sodoma. Les da una oportunidad de comenzar de nuevo. Sin embargo, su esposa una mujer sin nombre miró hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.

¿Por qué mirar atrás fue tan grave?

Porque le faltó la fe para vivir. Para seguir caminando hacia lo nuevo que Dios tenía para ella. No dice que quería regresar. Solo miró. Pero en ese instante, perdió de vista el propósito.

¿Y no nos pasa lo mismo?

Miramos con nostalgia relaciones del pasado, negocios que fracasaron, amistades que ya no están… y esa mirada nos frena. Nos convierte en estatuas de sal modernas: inmóviles, paralizados por lo que fue.

El justo por la fe vivirá

Romanos 1:17 lo dice con firmeza:

“El justo por la fe vivirá.”

No dice “el justo por milagros”, ni “el justo por emociones”.

Es por fe.

¿Tienes trabajo en medio de esta economía difícil? Es por fe.

¿Tu familia sigue unida? Es por fe.

¿Tienes salud, a pesar de los retos? Es por fe.

Creer que Dios hace milagros es poderoso. Pero vivir cada día confiando en Él, aunque no veas el milagro aún, eso es madurez de fe.

La carretilla y el equilibrista ¿Te atreves?

¿Conoces la historia real de Charles Blondin, el equilibrista? Cruzó las Cataratas del Niágara sobre una cuerda floja  ¡con una carretilla! Y luego preguntó

¿Cuántos creen que puedo hacerlo con alguien dentro de la carretilla?

Todos creyeron. Pero nadie quiso subirse.

Eso es lo que muchas veces nos pasa con Dios. Creemos que Él puede pero no nos subimos a la carretilla.

La fe para vivir es subirse a la carretilla, dejar que Él tenga el control, y confiar en cada paso aunque tú no veas hacia dónde va.

¿Cómo desarrollar la fe para vivir?

Romanos 10:17 dice “La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios.”

La fe no se desarrolla viendo noticias negativas todo el día.

La fe crece cuando escuchas Palabra, cuando te rodeas de gente que te edifica, cuando decides llenar tu mente de lo que Dios dice y no de lo que el mundo grita.

Así como aprendes un nuevo idioma al exponerte constantemente a él, la fe también se activa con exposición. Mientras más escuchas, más crees. Y mientras más crees, más vives.

Hoy es el día para decidir

1. Creer por fe. No solo para grandes milagros, sino para tu día a día.

2. Dejar de mirar atrás. Lo que viene es más grande que lo que dejaste.

3. Subirte a la carretilla. Confía en que Dios te sostiene, aunque tú no veas el camino.

4. Escuchar Palabra. Alimenta tu fe con lo correcto.

5. Caminar con decisión. Aunque haya dudas, el justo vivirá por fe.

Dios no solo quiere que creas en Él, quiere que vivas con Él. Día tras día. Paso tras paso. Con los ojos cerrados, pero el corazón encendido. Porque la fe no es solo para ver milagros. Es para vivir una vida llena de propósito, poder y esperanza.

Pastora Yarimar Marrero