Piedra en el Zapato (No es grande pero duele)
- favcoamo
- May 4
- 2 min read
Updated: May 21

Todos, en algún momento, hemos caminado con una piedrita en el zapato. No es algo grande, pero sí lo suficientemente incómodo para distraerte, detenerte e incluso cambiar tu rumbo. Yo he vivido esa experiencia. No solo literalmente, sino también en mi caminar con Dios. He tenido que detenerme, reflexionar y preguntarme: ¿Qué pequeña piedra me está impidiendo avanzar espiritualmente?
He visto cómo pequeñas actitudes, hábitos o heridas del pasado se convierten en obstáculos sutiles pero poderosos que nos alejan del propósito de Dios.
Tal vez tú también llevas años con una piedra invisible en tu caminar. Puede ser una herida del pasado, un rechazo, una relación rota, una palabra que marcó tu corazón. Algo aparentemente pequeño, pero que ha afectado tu caminar con Dios, tus decisiones y tu ánimo.
Cada vez que avanzas, lo sientes. Cada día, esa “piedra” te recuerda que aún hay algo pendiente por sanar o soltar. Como esas pequeñas zorras que menciona la Biblia, esas cosas mínimas pueden echar a perder toda una viña. Nuestra relación con Dios es delicada, está en crecimiento. Requiere cuidado, atención y voluntad para remover lo que la estorba.
¿Te has preguntado qué zorras pequeñas están afectando tu vida hoy?
¿La comparación constante? ¿Una relación que no te edifica?
Dios quiere sanarte y ayudarte a identificar esas áreas. No estás solo.
La Biblia dice que las pequeñas zorras echan a perder las viñas (Cantares 2:15). Las viñas representan nuestra relación con Dios. Cuando no cuidamos de esas pequeñas distracciones, hábitos o pensamientos negativos, pueden dañar algo que está en “cierne”, es decir, en un proceso delicado de crecimiento.
Así como un jardín necesita sol, sombra y agua en la medida justa, nuestra vida espiritual también requiere cuidado constante. Lo que no se atiende, se muere. Y si no hacemos una autoevaluación, seguiremos cojeando espiritualmente.
Te invito a hacer tres cosas:
¿Cuál es tu piedra en el zapato?
No ignores más eso que sabes que debes entregar a Dios.
Acércate a personas que te impulsen hacia tu propósito, no a quienes te detienen.
No puedes quedarte sentado esperando la bendición. Dios quiere prosperarte, pero también quiere que te levantes y te muevas. El que siembra, cosecha. El que se cuida, crece. El que se esfuerza, avanza.
Tu relación con Dios es lo más valioso que tienes. Cuídala. No permitas que pequeñas piedras roben tu paz, tu gozo o tu propósito. Identifica, sana y avanza.
Recuerda a veces lo que parece pequeño, puede tener un impacto eterno.
Se de bendicion con alguien y compartelo.
Pastor Miguel Collazo
Mira el mensaje completo en el canal de YouTube aqui: https://youtu.be/THvBjms_Dfc?si=nj0pPgTn7S3HMWH7
Comments