
“Aunque Tarde, Espéralo”
- favcoamo
- Sep 30
- 2 min read
El profeta Habacuc se atrevió a hacerle a Dios las preguntas que todos llevamos en el corazón “¿Hasta cuándo, Señor, clamaré y no oirás? ¿Daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” (Habacuc 1:2).
Había violencia, pleito, injusticia y dolor. Había cansancio en su alma. Habacuc miraba alrededor y no veía cambios. Se levantaba cada día esperando una respuesta, y cada día parecía igual al anterior. Esa desesperación es la misma que muchos sentimos hoy
¿Hasta cuándo durará esta crisis?
¿Hasta cuándo mi hijo cambiará?
¿Hasta cuándo sanaré este dolor?
¿Hasta cuándo se cumplirá lo que Dios me prometió?
Quizás no lo decimos en voz alta, pero en nuestro interior gritamos
“Señor, ¿hasta cuándo?”
En Habacuc 2:1-3 Dios le responde algo poderoso “Escribe la visión y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardare, espérala; porque sin duda vendrá, no tardará”.
Dios no le dio al profeta una fecha exacta. No le dijo “mañana cambiará todo”. Le dijo “Escríbelo y espéralo”. ¿Por qué escribirlo? Porque lo escrito permanece. Porque cuando anotas la promesa, tu fe se sostiene. Porque cuando vuelves a leerlo, recuerdas que Dios no se ha olvidado de ti.
Esperar no es perder tiempo
Esperar en Dios es difícil. Es más incómodo que esperar en una fila o en una cita médica. La diferencia es que, mientras esperamos en Él, Dios sigue trabajando. Aunque tú no lo veas, Dios sigue moviéndose a tu favor.
La Palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12). Si Él lo prometió, no volverá vacío (Isaías 55:11). Cada palabra enviada por Dios tiene poder para cumplirse.
Así como Dios le pidió a Habacuc que escribiera la visión, hoy nos invita a hacer lo mismo
Escribe lo que Dios ha puesto en tu corazón.
Anota tus oraciones, tus promesas, tus sueños y tus peticiones.
Manténlas presentes para recordarte que Dios es fiel.
Tal vez tú estás orando por tus hijos, por tu matrimonio, por tus finanzas, por tu salud. Quizás has esperado años. Escríbelo. Léelo. Cree. Espéralo. Aunque tarde, sin duda vendrá.
Padre, te damos gracias porque tu Palabra es viva y eficaz. Aunque a veces no entendemos los tiempos, confiamos en tu fidelidad. Hoy decidimos escribir la visión, creer tu promesa y esperar con esperanza. Fortalece nuestra fe mientras esperamos, y ayúdanos a vivir confiados en que Tú nunca llegas tarde. En el nombre de Jesús, amén.
Hoy te invito a tomar un momento y escribir tu visión. Anota ese sueño, esa promesa o esa oración. Ponle fecha de hoy y guárdalo. Cada vez que la desesperación quiera entrar, léelo y recuérdate
“Aunque la visión tardare, espérala; porque sin duda vendrá, no tardará” (Habacuc 2:3).
Dios no se ha olvidado de ti. Sus promesas son sí y amén.

Comments