Construyendo con Dios: Del “Sí” al “Amén”
- favcoamo
- Sep 25
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Imagina por un momento la casa de tus sueños. Quizás la ves con dos pisos, una terraza amplia, piscina y cuartos para toda tu familia y hasta tus nietos. Pero, ¿qué pasaría si solo colocas un ladrillo y nunca continúas construyendo? Ese sueño se quedaría incompleto, porque una casa no se levanta con un solo bloque.
Lo mismo sucede en nuestra vida.
En el matrimonio, no basta con haber dicho “sí” en el altar. Ese fue solo el primer bloque. El amor y la relación deben seguir construyéndose con comunicación, respeto y esfuerzo mutuo.
En los negocios, una gran idea no es suficiente. Hay que trabajarla, desarrollarla y seguir edificando paso a paso.
Y en nuestra relación con Dios, aceptar a Jesús como Salvador es apenas el comienzo. Esa decisión inicial es un ladrillo, pero luego debemos seguir añadiendo bloques: oración, lectura de la Palabra, obediencia, fe y crecimiento espiritual.
En 2 Corintios 1:18-20, Pablo escribe
“Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.”
Los corintios criticaban a Pablo porque cambió algunos planes de viaje y lo acusaban de ser inconsistente. Pero él les recuerda algo más grande: puede que los hombres fallemos, pero Cristo nunca falla. En Él no hay “sí y no”; en Él todo es un “sí” firme y seguro.
Dios ya dijo “Sí” a la salvación, a la vida eterna, a la sanidad, a la provisión y a su fidelidad. Pero nos toca a nosotros decir el “Amén”: creerlo, afirmarlo y caminar en esa verdad.
María respondió al ángel: “Hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38). Ella dijo su “amén” aunque no entendía todo lo que venía.
José, al recibir el mensaje del ángel en sueños, obedeció y tomó a María por esposa (Mateo 1:24). Su “amén” fue acción.
David, frente a Goliat, creyó en el Dios que ya había dicho “sí” a su victoria. Su “amén” fue tomar una piedra y lanzarla con fe (1 Samuel 17).
Cada uno de ellos puso su bloque de obediencia sobre el fundamento de la promesa de Dios.
Dios ya dijo sí a tu sanidad, a tu prosperidad, a tu restauración y a tu propósito. Pero el amén depende de ti
Seguir construyendo en tu matrimonio aunque haya dificultades.
Avanzar en ese negocio o proyecto sin quedarte en la idea inicial.
Perseverar en la oración y en la fe, aun cuando parezca que nada cambia.
Obedecer en lo práctico, aunque a veces sea incómodo.
Como dice Hebreos 10:23:
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometio.
La vida cristiana no es solo poner un ladrillo y detenernos. Se trata de edificar cada día sobre el “sí” de Dios con nuestro “amén”.
Hoy es el momento de soñar nuevamente
Sueña con tu familia restaurada.
Sueña con esa relación con Dios más profunda.
Sueña con proyectos terminados y no a medias.
Y cuando sueñes, recuerda Dios ya dijo que sí. Ahora te toca a ti decir “amén” y empezar a construir.
Aqui puedes ver el mensaje en Youtube https://youtu.be/RgnveRTE_Ao
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